Los nuevos tiempos traen consigo nuevas tendencias. Así es como llega a nuestro conocimiento un concepto totalmente revolucionario en la educación a distancia. Hoy en día muchas personas tienen una gran ambición por viajar y conocer mundo, empapándose de nuevas culturas y explorando a fondo países exóticos y diferentes a su origen. Y en este caso, las parejas no dejan de lado realizar viajes cuando desean ser padres, simplemente viajan con sus hijos.
Qué es el Worldschooling
Se trata de realizar viajes de larga duración (4-6 meses) llevándose a cabo lo que se conoce como “worldschooling”: educar viajando. Estos padres están seguros de que crecer y desarrollarse en entornos diferentes al suyo, hace que los niños vivan de cerca otras realidades. Hace 3 años ya eran aproximadamente entre dos mil y tres mil familias las que lo practicaban.
Aprender de lo vivido
Gracias a estas realidades, los niños desde bien pequeños conviven y comparten experiencias con otros niños de diferentes países con diferentes culturas. Desde bien pequeños, los niños aprenden a compartir, ser más empáticos y tolerantes.
La experiencia es la forma más fácil de aprender y comprender por qué algo es como es. A través del sentimiento de primera mano es como mejor se entienden diferentes situaciones en directo. Y es que, ya lo dice Coelho: “La gente nunca aprende nada al ser informada, tiene que descubrirlo por sí misma”.
Las familias desean que sus hijos aprendan de la fuente directa, no a través de terceros como pueden ser libros, vídeos o demás herramientas. El contenido que inyectan en sus cabezas es más verídico por poder verlo y experimentarlo: visitan lugares donde ocurrieron acontecimientos históricos, montañas con historia geológica, museos de arte, etc.
Valores de la vida
Otro gran beneficio del “worldschooling” es aprender a saber qué es realmente lo necesario en la vida, viajando con lo esencial y valorando todo lo que tienen y lo que cuesta conseguir las cosas (muchos lo descubrirán más adelante).
Cada destino aporta diferentes conocimientos y aprendizajes. Los factores humanitarios y éticos son más fáciles de explicar y comprender en los países menos desarrollados, como pueden ser Camboya o Etiopía. En cambio, en países como China o Suecia los niños pueden aprender otro tipo de cosas, por ejemplo aspectos tecnológicos o científicos.
Homescooling: se basa en educar a los hijos desde casa
Un fenómeno que se combina con el “worldschooling” es el “homeschooling”. Debido a las largas temporadas que invierten las familias viajando, los niños pierden colegio y materias de estudio. Pero eso no es un impedimento, ya que los colegios facilitan a los padres los contenidos y herramientas para enseñar a sus propios hijos desde casa o el lugar donde se encuentren. De esta forma, los niños no pierden lecciones y se mantienen al día.
Además, el hecho de que el adulto ejerza como padre y como profesor a la vez, hace que la relación con su hijos se fortalezca. Los padres conocen mejor a sus hijos: en el ámbito académico y en el ámbito personal. Gracias a esto, la educación está presente en todas las facetas de sus hijos, reforzando la relación mutua y aumentando la confianza y la familiaridad entre ellos.
Amistades pluriculturales
Otra decisión que toman los padres es la de realizar acuerdos entre colegios para que los niños puedan aprender en colegios locales de diferente destinos. Gracias a ello, los niños tendrán relación con otras personas de su entorno, forjando amistades de diferentes países. Igualmente, el hecho de que los niños compartan entre ellos sus diferencias, hace que aprendan a respetarse y entender que en la pluriculturalidad está la riqueza.
Pérdida del miedo a salir de la zona de confort
Además, un beneficio intrínseco de esta nueva modalidad de “worldschooling” es que los niños pierden el miedo a salir de sus hogares y descubrir mundo. Dejan de lado el miedo a lanzarse a estudiar, trabajar o incluso viajar fuera de sus ciudades y países. Llevan desde pequeños haciéndolo, por lo que se sentirán cómodos y de hecho necesitarán salir para desconectar y conocer nuevos lugares, culturas y personas.
Los idiomas dejan de ser también un problema cuando desean salir al extranjero, tanto para viajar y conocer destinos como para vivir en diferentes lugares del mundo. Son en las edades más tempranas cuando los niños retienen mejor las lenguas y nuevas materias. Por lo que introduciéndolas en su día a día hace que practiquen con gente local y pierdan la vergüenza o el miedo a lo desconocido.